Por Jim Carlton
The Wall Street Journal
Cave Creek, Arizona.
El robo de cactus se ha convertido en un fenómeno rampante en todo el suroeste de estados Unidos . Basta con preguntar a los policías de cactus de Arizona.
“¿ Ven lo que quiero decir?”, grita Jim McGinnis, un investigador de cactus de Arizona , señalando excitadamente un enorme agujero en el desierto. “ Esta fue un área de robo” La alta demanda de paisaje estilo desértico ha alimentado un alarmante incremento en la extracción de cactus del desierto. Cactus, saguaros, erizos, ocotillo y biznaga son usados para repoblar de plantas las ciudades. Algunos cactus son incluso utilizados para hacer golosinas.
Estas plantas han sido durante mucho tiempo víctimas de los ladrones, pero no a este nivel. Los hurtos han alcanzado tales proporciones, que las agencias policiales han creado escuadrones especiales para proteger esta especie. El area nacional de Recreación en el lago Mead , en nevada, incluso implanta chips en ciertos cactus, para ayudar a rastrearlos. En Arizona, donde el robo de cactus valorado en más de US$500 es un delito grave , el mercado negro para estas plantas robadas supera los US$2 millones anuales, dicen funcionarios. La policía de cactus del estado recibe al menos un caso nuevo al mes, que suele involucrar el robo de docenas de plantas. En el desierto de Chihuahua, que comparte el oeste de Texas con México, se sustrajeron de la arena 100,000 cactus, con un valor estimado de US$3 millones entre 1998 y mediados del 2001, según un nuevo informe de la World Wildlife Fund. El estudio concluyó que la recolección no regulada de cactus es tan habitual en el área de Chihuahua, que la región corre el riesgo de quedarse sin las plantas.
Todo esto tiene que ver con el agua, un bien que los cactus necesitan en cantidades mínimas. En los últimos años, ciudades desérticas como Phoenix, Tucson y Las Vegas han alentado a sus residentes a diseñar sus jardines con cactus y otras plantas oriundas de la zona con el fin de ahorrar agua. La demanda también ha experimentado un auge.
Además, el robo de cactus, es un buen negocio. Un ocotillo, con sus larguiruchos brazos, abierto, puede venderse en hasta US$150 en el mercado minorista, mientras que los enormes saguaros, que crecen más de seis metros, pueden costar US$5,000.
Los saguaros son costoso porque tardan alrededor de 100 años en llegar a la madurez. Aparte de Arizona,la mayoría de los estados del suroeste de EE.UU, todavía tienen leyes muy débiles para la conservación de los cactus.
Trasladar los cactus robados a otros estados y sacarlos de terrenos federales sin autorización, suele ser un delito grave, pero los funcionarios estadounidenses admiten que tiene escasos recursos para perseguir a los ladrones de estas plantas.
“ Literalmente hay decenas de miles de kilómetros cuadrados de desierto, y tengo 33 agentes especiales para cuatro estados”, dice Gary Mowad, el agente especial a cargo de la oficina del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE.UU en Alburquerque, Nuevo México, que supervisa Arizona, Nuevo México, Texas y Oklahoma.